Es importante que las personas intolerantes a la lactosa lean la etiqueta al consumir un producto. Esto asegura que el consumidor sepa lo que está comiendo sin sufrir los incómodos síntomas de la lactosa.

Con la cantidad de productos disponibles en el mercado, es normal que surjan dudas sobre cómo identificar si el alimento tiene o no lactosa. Esta información es fundamental para las personas intolerantes a la lactosa porque pueden tener síntomas intestinales incómodos con cantidades mínimas de este azúcar y estos síntomas suelen ser instantáneos nada más ingerir el alimento.

Es importante recordar que la lactosa es un tipo de azúcar que está presente en la leche y los productos lácteos. Por tanto, un alimento lácteo como el yogur o el queso tendrá presencia de lactosa. Según la legislación, este tipo de productos contienen una cantidad de lactosa superior a los 100 miligramos por cada 100 gramos o mililitros. Pero debe prestar atención a la etiqueta del producto, ya que muchos de los productos lácteos pueden ser "cero lactosa".

Según la legislación, para que un alimento sea considerado “sin lactosa” debe tener una cantidad inferior a 100 miligramos por cada 100 gramos de producto. Esta concentración de lactosa no causa daño a las personas intolerantes.

Si el producto no contiene la declaración “cero lactosa” en el anverso de la etiqueta, es posible obtener esta información en el reverso. Debajo de la lista de ingredientes hay otra lista que identifica los nutrientes que podrían causar posibles alergias o intolerancias en los consumidores. Por lo general, la oración comienza con "contiene:".

¿Cómo declarar la lactosa en la etiqueta?

En el caso de alimentos con 100mg hasta 1g/100g o ml, se debe escribir “Lactosa Baja o Low Lactose”. En alimentos con lactosa en cantidad igual o superior a 100mg/100g o ml, se debe etiquetar “Contiene Lactosa”. El mercado de alimentos brasileño tiene 24 meses para adaptarse a la nueva regla.

Intolerante a la lactosa, ¡cuidado con las etiquetas y rótulos!

Intolerancia a la lactosa: ¡la importancia de la información en la etiqueta!

La intolerancia a la lactosa es la incapacidad de digerir la lactosa (azúcar de la leche). El problema resulta de una deficiencia o ausencia de una enzima intestinal llamada lactasa. Esta enzima permite descomponer el azúcar de la leche en carbohidratos más simples para una mejor absorción.

¿Cuál es la diferencia entre intolerancia a la lactosa y alergia a la lactosa?

La alergia a la leche implica mecanismos inmunológicos contra las proteínas de la leche (caseína, alfa-lactoalbúmina, beta-lactoglobulina), mientras que la intolerancia es un proceso secundario a la deficiencia de la enzima responsable de la digestión del principal azúcar de la leche, la lactosa.

¿Cuáles son las reacciones (síntomas y signos) de quienes tienen intolerancia a la lactosa?

• Dolor e hinchazón abdominal.
• Diarrea.
• gases
• Acidez.
• Náusea.
• Dolor de cabeza.

¿Quién tiene intolerancia a la lactosa no puede comer qué?

Embutidos y alimentos procesados: Los embutidos, nuggets, fiambres y alimentos congelados suelen contener lactosa. Hay que evitar el consumo. Leche: La leche de origen animal y todos sus derivados, como el queso, la mantequilla y los más diversos tipos de cremas, no deben formar parte del menú de las personas intolerantes a la lactosa. Incluso un simple dulce de chocolate con leche puede ser malo para la salud de los intolerantes a la lactosa.

Para confirmar el diagnóstico, el médico evalúa el historial del paciente, descarta otras enfermedades con síntomas similares y puede ordenar exámenes. El tratamiento varía, pero implica limitar el consumo de lácteos.

Acerca de la prevención: No hay forma de contener la caída en la producción de lactasa. Sin embargo, vale la pena recordar que el buen funcionamiento de los órganos digestivos afecta la digestión de la lactosa.

Es decir, la recomendación es invertir en un menú con verduras, frutas y cereales integrales, que faciliten el tránsito intestinal. El cuerpo más sano es menos propenso a los gases y los cólicos, incluso con la presencia de lactosa no digerida.

Las infecciones intestinales pueden provocar lo que los expertos llaman intolerancia transitoria. En estos casos, tratar la infestación de gérmenes es la forma de restablecer la producción de lactasa y acabar con las molestias de ingerir leche y derivados. Por otro lado, medicamentos como los antibióticos debilitan el intestino. Estos medicamentos solo deben usarse con el consejo de un médico.

Para evitar problemas, dolores e incomodidades, ¡vigile las etiquetas y rótulos de los productos!